San Bernardo: Una comuna que brilla y destaca en deportes

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La deportista Sanbernardina Sofía Esper Chocano hizo historia al conquistar la medalla de oro en el Campeonato Panamericano de Karate WKF 2025, realizado en Asunción, Paraguay. Con apenas 17 años, su triunfo la convierte en una de las grandes promesas del karate chileno y en un orgullo para San Bernardo y Chile.

Tener esa medalla en mis manos fue un orgullo muy grande. Que digan ‘Sofía es campeona panamericana de Chile’ es algo que no olvidaré jamás”, comenta con emoción.

Un sueño que nació en la infancia

Su vínculo con el karate comenzó cuando era niña y observaba a su hermano entrenar. Desde ese momento decidió que quería seguir el mismo camino.

Quiero dar esas patadas y esos combos. Desde ahí mis papás me preguntaron si quería seguir y les dije que sí. Y hasta hoy, siento que esto será algo permanente en mi vida por muchos años”, recuerda.

 

Oro panamericano: una ruta de esfuerzo y sacrificio

Disputar campeonatos en escenarios internacionales le presentó desafíos inéditos. “Competir afuera es una presión demasiado grande, con tanta gente gritando y corrigiendo, pero eso te obliga a ser fuerte mentalmente. Cuando me pega ese golpe de realidad pienso: si quiero llegar más lejos, tengo que esforzarme más”, explica.

Los entrenamientos diarios han sido exigentes, llenos de sacrificio y disciplina. “Me saco la mugre entrenando, llorando, cayéndome… pero después poder llegar a brillar es un logro que me encanta y lo tengo guardado en el corazón”, asegura.

En este proceso, la familia ha sido clave. “Mis papás se sacan la mugre trabajando todos los días para poder mandarme a competir afuera. Que ellos vean que su esfuerzo tuvo resultados y que estaban orgullosos de mí, fue algo increíble”, relata Sofía, agradeciendo su apoyo incondicional.

Karate: pasión y lucha por reconocimiento

Sofía reconoce que el karate no siempre cuenta con las mismas oportunidades que otros deportes más masivos.

El karate no es tan masivo como el fútbol y cuesta mucho conseguir apoyo o auspicios. Hemos hecho rifas y lucatones para reunir dinero, pero sigo soñando con que se le dé la misma importancia a más deportes que también son muy buenos”, añade.

Un triunfo que la impulsa a soñar más alto

El recuerdo del oro en Paraguay sigue vivo. “Ver la bandera chilena ondeando, sentir la barra de pie apoyando… fue una maravilla. Un momento que me motivó aún más para seguir este camino”, dice con orgullo.

Pero lejos de detenerse en este logro, Sofía ya piensa en el futuro: “Mi meta ahora es clasificar de nuevo en los zonales, sudamericanos y panamericanos. Quiero repetir el proceso, ir mucho más lejos y demostrar que con esfuerzo se puede lograr”.

 

Su formación ha estado acompañada por el Team Karate Fernando Correa, un dojo que Sofía define como un segundo hogar. “Nuestro dojo es como un hogar. Somos un equipo unido, cariñoso, donde siempre nos apoyamos para sacar lo mejor de cada uno. Queremos que más personas se sumen a esta gran familia del karate”, concluye.

La historia de Sofía Esper Chocano es un ejemplo de perseverancia y pasión. Con su medalla panamericana en alto, esta karateca de San Bernardo confirma que con disciplina y sueños claros, nada es imposible.

Otro ejemplo de sacrificio y dedicación.-

Amalia Guerra y Emilia Morales, las pequeñas campeonas sudamericanas que hicieron historia para San Bernardo.-

San Bernardo vuelve a brillar en el deporte internacional gracias al talento, disciplina y perseverancia de dos niñas que, con apenas 9 y 10 años, ya se inscriben en la historia del patinaje chileno. Amalia Guerra y Emilia Morales, integrantes del Club Leones de Nos, se consagraron campeonas sudamericanas de Freestyle Inline en las categorías tots y mini durante los Juegos Sudamericanos Sobre Ruedas realizados en Venancio Aires, Brasil.

Representando al Team Chile y con su pecho lleno de orgullo, ambas demostraron que la pasión no tiene edad, y que los sueños pueden hacerse realidad con sacrificio, apoyo familiar y el acompañamiento de un club que, a pesar de las dificultades, nunca ha dejado de creer en el poder transformador del deporte.

Entre juegos y sacrificios: la historia detrás del triunfo

Lo que comenzó como una actividad recreativa para pasar el tiempo, pronto se transformó en una verdadera pasión. Amalia y Emilia partieron en la modalidad de cuatro ruedas y, con el esfuerzo de sus familias, dieron el salto a la categoría inline tras un viaje a Estados Unidos que permitió conseguir el equipamiento necesario.

Desde entonces, la rutina cambió por completo: entrenamientos diarios desde las 7:30 de la mañana, falta de horas de sueño, sacrificio de vacaciones y la constante tarea de equilibrar estudios con un deporte de alto rendimiento.

El papá de Amalia, Martín Guerra, cuenta con orgullo que “al principio uno lo ve como un pasatiempo, algo para que las niñas hagan deporte. Pero de pronto empiezan a avanzar, a destacarse, y cuando te das cuenta ya están representando a Chile”. Cuenta que para ellos, como familia, es todo un orgullo.

“Es gratificante, porque detrás de cada medalla hay esfuerzo, madrugadas, gastos importantes y mucho apoyo nuestro. Ver a tu hija tan chiquitita en una competencia internacional con la camiseta de Chile, de verdad te llena el corazón”, cierra.

Por su parte, Alejandro Morales, padre de Emilia, recuerda con emoción lo vivido en Brasil. “Cuando supimos que Emilia clasificaba para representar a Chile, fue felicidad absoluta. Ella a veces no dimensiona lo que está logrando; sigue viéndolo como un juego. Y eso también es bonito, porque la mantiene tranquila. Yo estaba muy nervioso, casi no podía verla en la pista. Pero cuando logró hacer su salto más difícil, su cara cambió: de los nervios pasó a la felicidad plena. Fue un momento inolvidable”, expresa.

 

La mirada de la entrenadora

Al lado de ellas estuvo siempre Catalina Arroyo, exseleccionada nacional y ahora entrenadora del Club Leones de Nos, quien también formó parte del cuerpo técnico de la selección chilena en el Sudamericano.

Para ella, Emilia y Amalia son un orgullo evidente, y eso se demuestra en sus palabras. “Son las más pequeñas del Team Chile y, sin embargo, se enfrentaron a la presión con una madurez increíble. En la pista supieron resolver, crecer y, sobre todo, disfrutar”, mencionó con una cara llena de felicidad al recordar el momento.

Agrega que al verlas patinar con la camiseta de Chile fue un momento emocionante. “Cuando terminaron sus rutinas las recibí con un abrazo gigante. Estaban radiantes, con sonrisas que no se les borraban. Ese es el mayor premio”, finaliza.

Pero, para Catalina, no solo es recordar lo disfrutado y aprendido durante la competición, sino que es fundamental aprovecha de destacar todo la dureza del camino. “Ellas entrenan en condiciones que no siempre son las mejores. Muchas veces lo hacen en una pista sin baños, sin agua, y hasta sin luz porque se roban los cables. Aun así, llegan todos los días con ganas, con disciplina, con sueños. Eso habla de un compromiso tremendo, no solo de ellas, sino también de sus familias”, expresa

 

Más que medallas: referentes para nuevas generaciones

El triunfo de Amalia y Emilia no solo se mide en medallas. También se refleja en cómo inspiran a otras niñas y niños a seguir sus pasos. En el club, cuentan sus entrenadores, ya son referentes: las más pequeñas las admiran, las felicitan y les preguntan qué tienen que hacer para lograr lo mismo.

Alejandro Morales lo resume así: “Hoy las siguen patinadores del Team Chile, niñas de Argentina y deportistas de otros países. Y ellas, sin darse cuenta, ya son referentes. Lo lindo es que todavía lo ven como un juego. Eso es lo que queremos que mantengan: que disfruten, que lo pasen bien, y que no carguen con presiones que a su edad no deberían tener”.

 

Un orgullo para San Bernardo y para Chile

El esfuerzo de Amalia y Emilia deja una enseñanza clara: el deporte de alto rendimiento en Chile aún enfrenta grandes desafíos, pero con compromiso, pasión y apoyo, los sueños se hacen realidad.

Hoy, estas dos pequeñas campeonas no solo levantan medallas de oro; también levantan la bandera de San Bernardo y de Chile, recordándonos que el talento florece incluso en medio de las dificultades.

Catalina Arroyo lo sintetiza en que “son un ejemplo de esfuerzo y resiliencia. Gracias a ellas, San Bernardo y Chile están en lo más alto del podio”.

¡Felicidades campeonas! Gracias por demostrarnos que los sueños, con disciplina, apoyo y amor, siempre encuentran pista para volar.

Fuente http://www.sanbernardo.cl

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