
El Primer Ministro Hasán Diab no pudo aguantar la presión y, ante las sucesivas renuncias de sus ministros, presentó su dimisión al presidente, Michel Aoun.
En su discurso de despedida responsabilizó de la tragedia de Beirut a la corrupción Crónica». Así mismo, lamentó la falta de unidad entre las fuerzas políticas en un momento tan delicado.
El actual gobierno sólo alcanzó a estar 9 meses en el poder y no pudo cumplir con las promesas hechas a la ciudadanía libanesa. No fue capaz de impulsar las reformas para salir de la aguda crisis social y económica que afecta al país.
La explosión ocurrida en el Puerto de Beirut no fue más que la «Guinda de la Torta» que le puso la lápida a un gobierno debilitado política y socialmente.
Ahora la responsabilidad recae en el parlamento y en los Tribunales de justicia. El primero en el sentido que tendrá que buscar el sucesor político de Hasán Diab y, el segundo, realizar el proceso de investigación por la tragedia del Puerto de Beirut que dejó más de 150 personas fallecidas y más de 4.000 heridos. Además, buscar las responsabilidades y aplicar las sanciones penales y civiles correspondientes para calmar la furia de una población que clama por venganza.-
Sé el primero en comentar