
Reconocer, respetar y abordar la diversidad cultural es lo que ha estado siempre en el foco de la Asociación de Municipios con Alcalde Mapuche (AMCAM), creada en el año 2013 e integrada por las comunas de Reinaco, Cholchol, Saavedra, Curarrehue, Alto Biobío, Tirúa, Coyhaique, Paillaco y Lumaco. Es por ello que, en conjunto con la División de Municipalidades de la Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo (Subdere), desarrollaron un Modelo de Índice de Interculturalidad (MII) para la gestión comunal, con el objetivo de fortalecer el desarrollo humano, económico y social de los habitantes, así como la identidad y el patrimonio del pueblo mapuche.
En concreto, el modelo permitirá a los municipios, no solo evaluar cómo se planifican los territorios, sino que incorporará un enfoque multicultural, avanzando en el desarrollo de medidas para lograr mayor equidad en los mismos y rescatar el valor cultural que éstos entregan.
En el Caso de Coyhaique, desde 2012 se viene gestionando la comuna con un enfoque de interculturalidad, según nos cuenta su alcalde, Alejandro Huala. No obstante, el MII es una nueva herramienta que colabora con seguir avanzado en esta materia. «Hoy hay recuperación de tierras y creamos un proyecto de barrio indígena que beneficiará a cien familias y que cuenta con un lugar de ceremonias; cancha de Palín, juego tradicional mapuche; las casas se están construyendo con una lógica mapuche, es decir con orientación hacia el sol y también cuenta con una sede vecinal con forma de ruka», señaló el edil, quien además detalló que el barrio se ubica en un terreno urbanizado, que ya tiene cerca de 300 casas en el sector Escuela Agrícola. Las nuevas viviendas, que se construyen en un paño que habría quedado en dicho terreno, se entregarían en el segundo semestre de 2021.
Proyectos de este tipo son los que permite desarrollar el MII, ya que busca construir colaborativa y participativamente con los municipios, las comunidades y los actores relevantes de los territorios, un concepto de interculturalidad aplicable a los desafíos de los gobiernos locales, relacionado con el reconocimiento y la valoración de la diversidad cultural, y con la representación y participación política efectiva de la población indígena.
Coyhaique, una comuna intercultural
Lo primero que hizo el alcalde Huala al llegar al municipio en el año 2012, fue poner la bandera mapuche en la entrada, junto con la de Chile, la de la propia municipalidad y la de la región de Aysén y desde entonces, el edil afirma que se ha avanzado mucho. «He visto crecer a Coyhaique en tolerancia y la gente está entendiendo que es mestiza. Según el censo de 2017, un 30% de la ciudadanía, en Coyhaique somos 117 mil personas, se reconoce perteneciente a pueblo originario. Ahora, esto no es mapuche contra huinca, porque para nosotros no existen sangres distintas, somos todos mestizos», enfatizó el jefe comunal.
«Se trata de un sello que íbamos a tener como municipio mapuche y ahí comenzamos a crear una educación intercultural», relata el alcalde y agrega que dieron paso a los Kimeltuchefe, personas que manejan muy bien la cultura y tradiciones del pueblo mapuche y que son capaces de transmitir este legado a las nuevas generaciones en los establecimientos educacionales, gracias a un proceso que los valida como profesores mentores.
Gracias a esta iniciativa, hoy los niños, niñas y jóvenes de Coyhaique aprenden sobre la historia mapuche y el idioma mapudungun. El alalde Huala, también señala que en los establecimientos de la comuna hay rukas en donde el alumnado también puede aprender sobre gastronomía y además todos ostentan la bandera mapuche. Tal ha sido el éxito de la educación intercultural en el municipio, que «incluso en los colegios particulares subvencionados, los mismo alumnos pidieron la bandera (mapuche)».
El enfoque intercultural de Coyhaique es transversal, lo que se ha traducido en la proliferación de organizaciones indígenas. «Cuando llegué había no más de tres organizaciones, hoy ya vamos en 30», afirma orgulloso el alcalde, para quien «esto» llegó para quedarse y, a pesar de la pandemia, el municipio continúa trabajando en futuros proyectos, como la creación de farmacias mapuche, que darán continuidad a las tradiciones de este pueblo.
En concreto, la iniciativa de farmacia mapuche busca rescatar y perpetuar el amplio conocimiento que este pueblo posee sobre las plantas, hierbas y sus usos medicinales. Para ello, una de las líneas que está estudiando el municipio es reclutar a mujeres mayores que tengan estos conocimientos y lo puedan transmitir a las nuevas generaciones, ya que se trata de un oficio que es herencia.
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