
Un total de 20 personas en situación de calle de Peñalolén son las que pueden acceder a un albergue 24 horas que se habilitó en las dependencias del Hogar de Niños Sirio Palestino, ubicado en la calle Cruz Almeyda, en el sector de La Faena, luego que la institución cediera gratuitamente las instalaciones para que sean administradas, durante cuatro meses, por la ONG de origen italiano Asociación Comunidad Papa Juan XXIII.
A través de este convenio, que es financiado con recursos del Ministerio de Desarrollo Social, la Municipalidad de Peñalolén trabaja con la Asociación en la elaboración del catastro de los beneficiarios que acceden al albergue, que cuenta con todas las condiciones necesarias para mantener el distanciamiento social entre los residentes e instalaciones sanitarias de muy buen nivel.
La Alcaldesa Carolina Leitao agradeció este aporte, que permite acoger a quienes “no tienen por ahora la posibilidad de hacer una cuarentena para prevenir el covid-19, y que, de este modo, pueden también enfrentar la llegada del invierno en un lugar seguro”.
Solidaridad
Jimmy Fernández, coordinador de la ONG, dijo que esperan albergar a varias de las personas que actualmente acuden al Comedor Solidario ubicado en el número 9415 de la calle Valle Hermoso, en Peñalolén Alto, que corresponde a uno de varios proyectos que la entidad que representa desarrolla en la comuna desde hace varios años.
“Nosotros ya tenemos un catastro de por lo menos 140 personas que han ido en este tiempo a comer al comedor, y alrededor del 47 por ciento viven en situación de calle. A algunos de ellos ya les hemos hablado de esta posibilidad”, dijo.
Por su parte, Macarena Haddad, una de las directoras del Hogar Sirio Palestino, manifestó que “estamos contentos de poder ayudar en esta pandemia mundial, donde los más afectados son las personas necesitadas. Estamos orgullosos como colonia árabe de tener la oportunidad de devolver la mano a nuestro país, que acogió a nuestros abuelos provenientes de Siria, el Líbano y Palestina, en la década de 1920”.
Originalmente, la casona se pensó como un hogar de acogida para hijos de inmigrantes árabes en Chile, pero con el pasar de las décadas comenzó a recibir a niños y niñas de familias con dificultades económicas. En los últimos meses, la fundación, que se financia solo con aportes voluntarios, había iniciado un proceso de remodelación de las instalaciones del hogar, y por eso, cuando llegó la pandemia del coronavirus, todos los niños y niñas estaban con sus respectivas familias.
Esto posibilitó la firma del convenio con el Ministerio de Desarrollo Social y la Municipalidad de Peñalolén para que durante la etapa más compleja de la crisis estas instalaciones se usen como residencia sanitaria.
Fuente: Municipalidad de Peñalolén
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